Tambièn l@s hij@s de papi y mami se reivindican. O màs bien los reivindica la sociedad, que mira con ojerizas los que ella considera favorecidos de la virtud de los sistemas. El coronel glorioso Francisco Alberto Caamaño Deñò, no fue la excepciòn. Hijo del Tte. General Fausto Caamaño Medina, de ascendencia canaria, cuyos ancestros establecidos en el paìs hicieron presencia de autoridad, vehemente si se quiere; y por el lado materno, nieto del general de la montonera y jefe del ejèrcito en armas, gobernador barahonense, general Alejandro Adolfo Deñò, el padre de su adorada madre doña Nonìn Deñò Suero; le daban al joven Francis Caamaño Deñò la connotación de un protegido de la bienaventuranza en la vida. No estuvo solo, su entrañable amigo, el Tte. Coronel Rafael Tomàs Fernàndez Dominguez, tambièn guarda similitud con el anterior al ser hijo de un legendario general, nativo del Puñal, Santiago de los Caballeros, de donde son los Fernàndez, y Ludovino Fernàndez Malagòn (El Gallito del Puñal), era descendiente de esa prominente familia, cuna de generales desde los tiempos de ´´Concho Primo´´, y que tuvieron notable prestancia en la Independencia y la Restauraciòn de la Repùblica.
Es cierto que hacer la guerra, sobre todo, en el foquismo de las escarpadas montañas va en contra de los preceptos legales. Pero no menos cierto, es que con Caamaño y Fernàndez se traza la raya de Pizarro, allà, en ´´El Birù´´, donde solo treces valientes pudieron complacer en su acometida al insigne conquistador frente al poderoso imperio de los Incas.
¡Cuántos Caamaño y Fernàndez estamos necesitando hoy, para frenar las andanadas yanquis contra nuestra soberanía y nacionalidad!, para ponerle un alto a las intentonas de fusión de la isla, que muchos quieren tapar con un dedo, por acciones politiqueras!.¡Que falta nos hace èl y otros similares, frente a esta vorágine e inminente cataclismo del poder de la droga...! ¡Que falta nos hace aquel coronel que frente a las cámaras de televisión en plena contienda de abril de 1965 invitó a los norteamericanos no inmiscuirse en los asuntos internos del país y que solo nosotros como dominicanos estábamos en capacidad de resolver!. ¡Que grandes fueron las palabras de Fernàndez a Montes Arache, cuando le dijo que no hay ya tiempo para pensar en quién caiga herido o muerto, porque su designio se había cumplido, poco antes de ser embestido por un francotirador norteamericano desde una azotea subiendo la calle 30 de marzo en su acción de tomar el palacio nacional y despojar de allí a los anti patriotas...!.
La democracia es un mito ideológico, existente solamente en las llamadas sociedades altamente civilizadas, dice Maurice Duvergè, en su obra sobre Las Instituciones Polìticas. Hombres como Caamaño también se convierten en mitos porque los lìderes son soterrados; surgen siempre en un momento histórico coyuntural de la sociedad. Los que lo ejecutaron, sí que son traidores, porque sirvieron acremente a la causa norteamericana a través de su embajada en el país, en la ´´guerra fría´´, a quienes de manera meticulosa Joaquìn Balaguer llamó ´´Los Incontrolables´´...
Es cierto que hacer la guerra, sobre todo, en el foquismo de las escarpadas montañas va en contra de los preceptos legales. Pero no menos cierto, es que con Caamaño y Fernàndez se traza la raya de Pizarro, allà, en ´´El Birù´´, donde solo treces valientes pudieron complacer en su acometida al insigne conquistador frente al poderoso imperio de los Incas.
¡Cuántos Caamaño y Fernàndez estamos necesitando hoy, para frenar las andanadas yanquis contra nuestra soberanía y nacionalidad!, para ponerle un alto a las intentonas de fusión de la isla, que muchos quieren tapar con un dedo, por acciones politiqueras!.¡Que falta nos hace èl y otros similares, frente a esta vorágine e inminente cataclismo del poder de la droga...! ¡Que falta nos hace aquel coronel que frente a las cámaras de televisión en plena contienda de abril de 1965 invitó a los norteamericanos no inmiscuirse en los asuntos internos del país y que solo nosotros como dominicanos estábamos en capacidad de resolver!. ¡Que grandes fueron las palabras de Fernàndez a Montes Arache, cuando le dijo que no hay ya tiempo para pensar en quién caiga herido o muerto, porque su designio se había cumplido, poco antes de ser embestido por un francotirador norteamericano desde una azotea subiendo la calle 30 de marzo en su acción de tomar el palacio nacional y despojar de allí a los anti patriotas...!.
La democracia es un mito ideológico, existente solamente en las llamadas sociedades altamente civilizadas, dice Maurice Duvergè, en su obra sobre Las Instituciones Polìticas. Hombres como Caamaño también se convierten en mitos porque los lìderes son soterrados; surgen siempre en un momento histórico coyuntural de la sociedad. Los que lo ejecutaron, sí que son traidores, porque sirvieron acremente a la causa norteamericana a través de su embajada en el país, en la ´´guerra fría´´, a quienes de manera meticulosa Joaquìn Balaguer llamó ´´Los Incontrolables´´...
¡Felicidades José! Ciertamente hace falta esa estirpe de hombres que -con su entrega a los principios por la dignidad del país; nos marcaron su legado.
ResponderEliminarEs tanta la ignomnia que -al parecer; ha vendido el "nada importa". La avaricia; el poder; la corrupción; el encubrimiento y la impunidad han sustituido los nombres de los días comunes, a fuerza de su práctica. No hay institucionalidad de ningún tipo. ¿Para qué existe la Cámara de Cuentas? (Por solo poner un ejemplo). El resto queda en "pan y circo". Empero nos sigue asaltando la utopía: mantenernos apegados a los princnipios de antaño -como bien dices en tu perfil.
¡Salud y bendiciones! -Juan Matos