Ensayos cortos de un morir placentero; te enseñan sublime el descanso al tedio de años de trajinar; muestran un pasado entre nubes con azules luces, larimar, cuando con la hembra se unen las bocas y se aprecia el clavel hiriendo la flor hermosa.
Abrazos a la madre, ida hace algún tiempo, apegada siempre al quehacer de la cocina; no sucede nada, no trae grima, es sólo soñar y amar esas vidas repetidas...