Es cuando la mariposa ufana ya alcanza en las mañanas su altura con esplendor; queman sus alas el sol en despedidas tempranas; aves que vuelan y cantan, migrando con alabanzas al suelo que sus patas tocan, esbozando amores lejanos, las fragancias de otras bocas, amor y sabor en cada rama; palomas que vuelan lejanas, tan distantes, que su brillo se hace plata, y se marchan para siempre llevando olvido que mata.
La vida corre entre ruedas en las partes citadinas; bajadas como en los montes, cañadas, también las altas subidas; se serpentea el hombre en los caminos siniestros; urgidos lucen estar; van buscando bienestar en brillo y oscuridad, cuando raudo y motorizado pasa silente el ocaso con risa de carnaval...