jueves, 18 de octubre de 2018

¿DÓNDE NOS CONDUCEN LOS CAMINOS?...

Hacia todos los lados y sitierías empujados por las circunstancias. A la lucha gladiadora entre el bien y el mal; por un lado, el bien, lo que te señala el corazón con golpes de tambores de guerra, de satisfacción plena por el disfrute natural cuando caminas descalzo, sin dobleces de las piedras filosas ni las espinas que te adormecen entre el polvo, el lodo, olor a prado, y no asfalto; ver los viejos campanarios como de las torres las mayores, ellos no eclipsan el sol, ni el beso, ni los amores. Por otra parte, el mal, lo que grita la conciencia y nos impone las leyes, la lejanía del amigo, la frontera, las infaustas muertes que no llegan, sin razón, pues no corre en los poblados ni en espectros que a caballos levantan la polvareda, muertos de nuestros afectos, desapercibidos pasan, en los mares de la civilización.

Allá, se divisa un horizonte en la postrimería de los sueños, vuelve la que un día se fue, la que tiene dueño, robándose tu ilusión; mas, por lo menos, te retorna los recuerdos de besos que aún te queman, y bajo su fruncido ceño que nuestros tiempos retrata, ojos de soles, amor que vive, no ha muerto, sus lágrimas lo delatan...