domingo, 26 de junio de 2016

EN BUSCA DE LA OCTAVA MARAVILLA...

Me interno en la ciudad romántica atravesada por la ría del Ozama y llevo en la imaginación el caudaloso Nilo de Egipto; piraguas y remolcadores que cortejan los lujosos cruceros dándole luz y esplendor a la avenida del puerto, con sus obeliscos de poder omnímodo, estatuas desnarigadas que simbolizan la Esfinge, palacetes coloniales que nos devuelven las impresionantes pirámides de misterios, dimensiones siderales que se juntan allá, en el pico de Rucilla, donde nacen los Yaque, Sur y Norte, cuyos manglares afloran en las orillas, como sucede en el Camù, el Higuamo, riberas de montes y culebras que tejen arbustos, como si la naturaleza imitase al ´´espanta pájaros´´ conuquero, con su sombrero y brazos abiertos en forma de cruz;  me impresiona la villa de Gascue, con mansiones de cielo raso y cocheras que dejan caer hermosos jardines, colgantes, como los de Babilonia, sonrientes al compás de las herraduras, los coches y caballos que me transportan a mi pueblo y otros caseríos de la vida donde contemplo lozanas pieles en lindos caminar; morenas, blancas, indias graciosas como vírgenes de olimpo...

sábado, 11 de junio de 2016

COMPLEJIDAD DEL TIEMPO...

Ya lo dijo Abraham Lincoln, ´´Desear la inmortalidad es desear la perpetuación de un gran error´´, cuando caminas tropezando con las mismas piedras que calientan y adormecen tus plantas, como si los misterios siderales  enrostrase tus errores, sublimes, unos; llenos de desilusiones y sabores rancios, otros. Y te remontas al rancho, simiente de tus primeros pasos, con olor a humo de cocina cuya leña y carbón tiznaban de renegrido el tejamanil y la palma; cuando los besos furtivos dejaban el dulce de coco en tus labios, y entre copras y alisias brisas que llaman tormenta, te mueve la existencia al llano y al asfalto gris, con besos de otros sabores, donde el pelo es carmesí, cariños, y no furtivos, placeres con frenesí; se torna tenue la luna que se oculta entre las torres, mientras tus fuerzas se corren con el ritmo de los tiempos, te vas quedando exhausto, mas, aún sediento, repitiendo tus errores...