viernes, 18 de enero de 2013

LA IMPRONTA DUARTIANA...

En tì, ¡oh Duarte!,
consuman sus lauros
los seudos cursores 
de la Patria,
cuando caíste en desgracia
y de tus lares marchaste...

¿Supieron de tì en realidad...,
cuando en la posteridad
dejaste el suelo en salmuera?,
te fuiste hacia Venezuela
en pos de la caridad...

No fue, sino tu bondad,
quien te impuso escapulario,
se fueron tus trinitarios
abatidos con maldad,
despuès de crucificar
tu figura como un cristo,
dejàndote allì proscrito
entre olvidos  centenarios...

Màs, no es el tiempo secular
que reivindica tu nombre;
naciste y eres la historia,
la huella de los prohombres,
la dignidad en la guerra,
el ejemplo de la gloria;
un Estado que se obliga
dentro de sus desaciertos,
a enaltecer bien tu obra,
revivir tu pensamiento...